21/4/14.
El avión común, Delichon urbica, de unos 13-15 centímetros, se
caracteriza por poseer el dorso con matices azul oscuro brillante y la
cola más o menos escotada y corta en comparación con la de las
golondrinas comunes, además la parte ventral es blanca completamente. Si
algo los caracteriza son sus patas recubiertas de plumas. Suele habitar
una gran variedad de lugares, entre los cuales prefiere los núcleos
urbanos además, se trata de una especie colonial. De hecho, podemos
observar a menudo sus nidos en forma de media copa, en los balcones de
las casas o en paredes altas. Si os fijáis los que vivís en España, esta
especie nos acompaña y despierta en las mañanas de verano, migrando
hacia el sur de África para pasar allí el invierno. Cada año volverán a
su nido, en el cual participan en su construcción tanto el macho como la
hembra y lo hacen disponiendo sucesivas capas de barro y dejando una
entrada tan pequeña que será imposible de invadir por otras especies. La
alimentación es a base de pequeños insectos, moscas y escarabajos son
sus platos preferidos.
La golondrina común, Hirundo rustica, posee un tamaño algo
mayor que el avión común, puede alcanzar los 19 centímetros, tiene el
pico corto y las alas estrechas y grandes en comparación con el cuerpo.
La cola es larga y ahorquillada. La cabeza tiene una coloración azul
brillante y el lomo, las alas y la cola suelen tener una tonalidad más
rojiza. La parte ventral es blanca o ligeramente amarillenta. También
podéis encontrarla por territorios españoles durante las épocas más
cálidas, que es cuando efectuará la puesta. En invierno migra hacia el
hemisferio sur. Su nido es a base de hierba y barro, también en forma de
media copa y fijado a paredes, sin embargo, la hembra permanece en el
nido cuidando de los polluelos y el macho es el encargado de salir a
buscar el alimento, basado en insectos cazados al vuelo. Cuando los
polluelos alcanzan un determinado tamaño, la madre los enseñará a volar.
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